Hace cien años, nacía el investigador oceanográfico y ecologista Jacques Cousteau, comandante de la Marina francesa, fallecido en 1997. En homenaje, la Sociedad Cousteau, reflotará su emblemático barco, "Calypso", hundido al ser embestido en Singapur, en 1996.
Amar, compartir, crear y saber son las claves de la felicidad y "las cuatro actúan juntas cuando se intenta proteger el medio ambiente", según glosaba el comandante Cousteau y ahora recuerda a Efe su hijo Pierre-Yves, con ocasión del centenario de su nacimiento. Ecologista precoz e internacionalmente célebre por sus filmes sobre los fondos marinos y su defensa de los intereses de las generaciones futuras, Jacques Cousteau (1910-1997) citaba estos cuatro medios para desarrollarse como ser humano en "La recherche du bonheur" (La búsqueda de la felicidad).
Un libro que el polifacético científico, también estudioso en "felicitología", editó en la década de 1970, recordó desde Marsella su hijo en una entrevista concedida desde el "Alcyone", uno de los barcos ya históricos utilizados por Cousteau. Navío para el que hace décadas el oceanógrafo inventó un sistema precursor de energía eólica que facilitaba el 30% de sus necesidades, comentó Pierre-Yves Cousteau, de 28 años, bioquímico y especialista en ciencias espaciales, que desde hace un año trabaja exclusivamente para el equipo de la Fundación que lleva su apellido. De su padre, con quien compartió 16 años de existencia, subrayó en primer lugar que fue "alguien con quien era muy agradable vivir", y también alguien "muy sabio".
Tenía "un mensaje ecológico muy claro" y lo plasmó en su defensa de los derechos de las generaciones futuras de encontrar un planeta habitable. Por eso, intentó impulsar la adopción de una Carta por la ONU, pero motivos "jurídicos y semánticos", entre otros, lo impidieron, aunque la UNESCO aprobó una Declaración con sus principios, recordó. Las Naciones Unidas no pudieron adoptar esa Carta porque "la manera en la que estaban fraseadas las cosas no es la manera de la ONU" y porque, jurídicamente, "no se puede dar derechos a alguien que no existe", explicó. Comentó, asimismo, que todo el Equipo Cousteau trabaja muy activamente para celebrar este centenario.
En la UNESCO lanzó en rueda de prensa el Año Cousteau y sus múltiples actividades, que van desde la preparación de una Cátedra UNESCO Cousteau, una expedición científica con la revista National Geographic, la puesta en línea de archivos y un sinfín de eventos en Francia, Estados Unidos y otros países.
En estos 13 años "perdimos visibilidad", es normal, a la muerte del icono, pero las actividades del Equipo Cousteau continúan y este centenario servirá para "recordar los mensajes ecológicos claves" que impulsó y que siguen siendo tan actuales todavía hoy, agregó su hijo.
"Con sus filmes y llamamientos él trabajó para sensibilizar y promover la acción en favor de un cambio social, pero no fue escuchado; había presiones, no era el momento", consideró.
Respecto a la situación actual, el también científico y submarinista estimó que si bien hay muchos movimientos políticos ecologistas la solución del problema "no es evidente" que sea política, sino ciudadana. "La solución puede venir del individuo", de sus hechos, con el voto, y también con el consumo. De hecho, "lo que nos va a salvar es la creatividad, la genialidad, la capacidad de inventar" para "hacer todo lo que podamos para dejar una tierra viable y no contaminada".